Normalmente nos desmotivamos y perdemos energía cuando nos enfocamos en el lado incorrecto de las cosas. Todo tiene por los menos dos lados uno motivador y otro descorazonador, uno que te impulsa y otro que te detiene, uno que te alienta y otro que desalienta, si tu te enfocas en el incorrecto y te dejas atrapar este puede convertirse en un remolino que te arrastre hasta el fondo.
Si te enfocas —si te pones a pensar— en lo que perdiste, en lo que te hace falta, en los obstáculos en los problemas, en las dificultades te deprimes.
Si te enfocas y piensas en lo que hoy tienes, en tus talentos, tus posibilidades, tus oportunidades, tus recursos, tus capacidades, tus logros… surge el entusiasmo nuevamente.
Cuida donde se encuentra tu atención, porque donde esta tu atención ahí estas tu. Cuando te des cuenta de que se te está yendo para el lado equivocado, ponte a pensar en lo que sí tienes y sí es posible.
¿Cómo? Una estupenda y fácil manera de dirigir tu mente a donde debes es a través de la respuesta a las siguientes preguntas:
¿Cómo lo que me sucede es una oportunidad?, ¿Qué es lo que puedo hacer?, ¿Cuál es lo bueno de esto?, ¿Qué estoy aprendiendo de esta situación?, ¿De qué podría estar agradecido?, el agradecer es un excelente método para enfocarte en lo que debes, haz una lista de las cosas por las cuales estas agradecido, y cuando tu atención se desvíe al mal camino piensa en las cosas de tu lista y agradece por ellas, agradece de corazón nunca con resignación.
Recuerda que cuando eras solo un bebé y estabas aprendiendo a caminar, te caíste muchas, muchas veces. Pero lo que hoy te permite andar por la vida es que nunca te diste por vencido y siempre después de cada caída te levantaste y lo volviste a intentar.
La perseverancia, cuando se suma al aprendizaje con cada experiencia vivida, tiene el poder de transformar tus circunstancias.
Persevera y sigue adelante. Cuida tu enfoque y conéctate con lo que sí hay, con lo que sí puedes, con lo que sí está en ti hacer.
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