junio 23, 2007

Rapport III (Compenetración casual)

El mejor ejemplo de rapport es el que se tiene con nuestros mejores amigos, ni siquiera hace falta terminar una frase sabemos de que hablamos con ellos, estamos en la misma frecuencia, navegamos en el mismo barco. Pero también existe un rapport circunstancial.

Quizá has viajado al extranjero a un país donde la gente no habla español y tú no entiendes el idioma. Te sientes un poco incómodo — incluso receloso— cuando no te pueden entender. Entonces conoces de repente a alguien de tu propio país, quizá tu propio estado. Esta persona habla tu lengua y listo, tienes un nuevo mejor amigo— durante tus vacaciones al menos. Podrías compartir experiencias, opiniones, incluso sin duda intercambiarías información personal sobre familia y trabajo. Todo esto y mucho más porque ustedes comparten el idioma. Eso es rapport casual o por azar. Quizá tu entusiasmo te conducirá a continuar la amistad volviendo a casa, solamente para descubrir que aparte del idioma y vivir en el mismo país ustedes no tienen nada en común y la relación se para en seco todo por sí misma.

Esto no se limita al idioma y la geografía. Los encuentros fortuitos se encuentran casi a diario y a todos nosotros — en el trabajo, en el supermercado, en la lavandería o la parada de autobús.

La clave para establecer rapport con desconocidos es aprender cómo volverse como ellos. Esto es afortunadamente, al mismo tiempo muy sencillo y bastante divertido de hacer. Le permite mirar cada encuentro nuevo como un rompecabezas, un juego, una alegría.

No hay comentarios.: